“Sin frugalidad nadie puede ser rico, y con ella pocos serían pobres” Samuel Johnson
Después de una etapa de mi vida de gasto medianamente elevado, vi que aquello no me conducía a ninguna parte e inicié el camino hacia la frugalidad.
A partir de ese momento empecé a recibir una serie de comentarios normalmente jocosos, pero no por ello menos hirientes:
«Eres un rata.»
«Te lo puedes permitir.»
«Serás el más rico del cementerio.»
«Tienes que divertirte.»
«Hay que disfrutar el ahora.»
«¿Para qué quieres el dinero.?»
Reconozco que al principio me hacían pensar bastante y hasta me hacían sentir mal. Era una lucha a contracorriente, una batalla interna constante.
Al fin y al cabo, tenía el dinero y se suponía que cuanto más gastase más disfrutaría. ¿Por qué torturarme?
¿Piensas así o te sientes así cuando tratas de reducir tus gastos?
Hoy voy a explicarte el enfoque que yo he adoptado y que funciona para sentirte mucho mejor siendo frugal que si no lo fueses, sin ningún tipo de remordimiento.
¿Crees que ser frugal significa no disfrutar, renunciar a cosas o experiencias importantes, vivir menos feliz?
Voy a demostrarte que todo eso no es verdad, que la frugalidad bien aplicada significa vivir con abundancia, no con escasez.
Índice de contenidos
Qué es la frugalidad
«Frugalidad es la cualidad de ser prudente, pasivo, ahorrativo y económico en el uso de recursos consumibles, así como optimizar el uso del tiempo y el dinero para evitar el desperdicio, el derroche o la extravagancia.» Wikipedia.
Versión resumida y simple:
«Ser frugal no significa gastar poco, significa gastar bien.» Yo 😝
Paradójicamente gastar bien suele tener como consecuencia gastar menos. Pero gastar menos no siempre implica estar gastando bien.
Ser frugal es el arte de hacer lo mismo, o más, con menos. La disciplina de erigirte como CFO de la empresa llamada «tu nombre» y gestionarla con disciplina y sabiduría.
El malo de la película
Por si no te habías percatado, vivimos en un sistema alimentado por el consumismo.
Los competidores de cada industria luchan agresivamente entre sí para convencerte de que adquieras sus productos y servicios en lugar de los de la competencia.
La mayor parte de las veces creando valor real y resolviendo tus problemas.
Pero, casi siempre, utilizando técnicas que dificultan separar lo realmente valioso e importante del mero humo y la confusión.
Técnicas tales como el marketing, la obsolescencia programada, la creación de nuevas necesidades, las modas, las microevoluciones cuantitativas y cualitativas de sus productos y, un largo etc.
Al otro lado estás tú, como único responsable de luchar contra todo eso.
Es una difícil misión, lo sé. Puedes lamentarte, pero no te servirá de mucho.
Afortunadamente, existe una buena arma para combatir estas amenazas, la frugalidad abundante.
La Frugalidad Abundante
Si entiendes la frugalidad simplemente como gastar menos y comienzas a reducir gastos de esa manera, sentirás que con cada euro no gastado estás privándote de bienestar. Sentirás que estás viviendo en escasez.
Quizás logres mantenerte así por algún tiempo, pero con la industria y la sociedad tirando en la otra dirección, terminarás sucumbiendo y de nuevo gastando hasta donde te permita tu sueldo.
Por el contrario, si cambias el enfoque y entiendes la frugalidad como una visión crítica y consciente del uso que haces de tus limitados recursos económicos conseguirás darle la vuelta a la tortilla y, donde antes veías privaciones y escasez, con el paso del tiempo verás libertad y abundancia.
Sí, tus recursos económicos siempre son limitados, finitos. Da igual que seas un futbolista de élite, te haya tocado la lotería, tengas un súper sueldo, uno mediocre o vivas de la caridad.
Cada cual con sus métricas, pero todo el mundo saldrá ganando con un estilo de vida de frugalidad abundante.
Siendo más concreto, por una visión crítica y consciente me refiero a que tengas en cuenta al menos los siguientes puntos antes de adquirir algo, bien sea un producto o un servicio. Párate a pensar si:
- Tiene un precio superior al del valor que te aporta.
- Tiene costes ocultos de mantenimiento, tiempo, almacenaje, transporte.
- Te puede generar preocupaciones.
- Es redundante.
- No está alineado con tu ética (coste de culpa).
- Tiene un coste de oportunidad.
- Limita tu libertad y/o tu felicidad futura.
De esta forma, si finalmente desistes de la compra, te quedarás con sensación/es de que has:
- Evitado fomentar un negocio ineficiente.
- Ahorrado en costes futuros y además has ganado tiempo.
- Ganado en paz mental.
- Contribuido a hacer el sistema más sostenible.
- Comportado de acuerdo con tus valores.
- Conservado recursos para utilizarlos en oportunidades más interesantes que tienes en mente.
- Evitado ponerte una cadena más y comprado papeletas para tu felicidad a largo plazo.
Con este enfoque, sentirás que siendo austero estás obteniendo más que no siéndolo. Recibirás una gratificación cada vez que tras un breve análisis evites una compra que no era buena idea.
Percibirás que cuanto más austero eres más vives en la abundancia.
No prescindirás de nada de aquello que es realmente importante y valioso para ti. Simplemente te desprenderás de todo el lastre que te amarra y te limita.
Así será mucho más fácil que logres perseverar, mientras nadas a contracorriente de la sociedad y contra el bombardeo constante de estímulos.
Cómo aplicarlo a tu vida diaria
La idea que te propongo es que antes de desenfundar la cartera te pares a pensar en todos los costes y consecuencias de la compra en cuestión.
Que el filtro para decidir una compra no sea: «Si el saldo en la cuenta es mayor que el precio en la etiqueta ¡COMPRO!».
Al coste de la etiqueta hay que añadirle los parámetros que te indiqué en la sección anterior y, si aun así es un “¡Sí, joder!», pues adelante.
Para ayudarte he preparado algunas de las preguntas que te puedes hacer para aplicar el filtro de la Frugalidad Abundante con éxito:
- Tiene un precio superior al del valor que te aporta. ¿Hay opciones que te aporten el mismo valor por una fracción del precio? ¿Realmente necesito todo lo que ese producto/servicio me da o hay valor que no voy a utilizar? ¿Estoy pagando por factores que a otros sí les importan, pero a mí en realidad me dan igual?
- Tiene costes ocultos de mantenimiento, tiempo, almacenaje, transporte. ¿Qué costes anuales me va a generar esta compra? Cuánto tiempo voy a tener que dedicar en cuidar de ella, moverla, limpiarla, transportarla, llevármela cuando me mude, pagar por guardarla?
- Te puede generar preocupaciones. ¿Voy a estar preocupado por si se deteriora, o me la roban o me la rompen?
- Es redundante. ¿Tengo ya algo igual o, que sirve para lo mismo o, que se podría utilizar para lo mismo sin mucho esfuerzo?
- No está alineado con tu ética (coste de culpa). ¿Voy a sentir en el fondo de mí que es algo que está mal? ¿Lo estoy comprando solo porque en mi círculo es lo “normal” pero a mí no me convence?
- Tiene un coste de oportunidad. ¿Se me ocurre un uso mejor, el que sea, para los recursos que pretendo dedicar? (Tus recursos son finitos, siempre, si gastas en una cosa es porque estás dejando de gastar en otra).
- Limita tu libertad y/o tu felicidad futura. ¿Qué consecuencias tendrá en el futuro? ¿Voy a ser odiado o envidiado, etiquetado en un círculo social concreto? ¿Tendrá algún impacto negativo en mi salud?
Estas preguntas, si eres valiente y las llevas hasta las últimas consecuencias, pueden disuadirte de gastos tan grandes como una nueva casa o coche, y de gastos pequeños y recurrentes como pedirte una Coca Cola cuando no sabes qué tomar en vez de beber simplemente agua, o ir en bici al trabajo en lugar de hacerlo en coche o moto.
Conclusión
Dominar la disciplina de la frugalidad abundante no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Es un proceso de refinado largo y gradual.
Ten paciencia. Lo importante es comenzar.
Primero será alguna compra o gasto esporádico. Pero, cuando tras hacerlo varias veces, veas que lo que te digo es verdad, que la gratificación es real, comenzarás a aplicarlo más habitualmente.
Te costará más si tu entorno va en la dirección opuesta y te tendrás que cuestionar muchas cosas. Es normal, ir contracorriente nunca ha sido fácil.
También te ayudará darte cuenta de que no es el dinero lo único que te hace rico, hay más tipos de patrimonio.
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Foto de portada: Fue tomada en 2016, en UK, durante el evento Wilton House Supercars. Admirar y disfrutar un coche tan bonito con el Bugatti Veyron Super Sport (entre otros) me costó bien poco. Comprarlo no cumpliría con ninguna de las reglas de la Frugalidad Abundante (para mí), pero el valor obtenido por una entrada al evento las superaba con creces.
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