Si ves o lees las noticias (yo ya no lo hago) es posible que tengas una imagen bastante negativa sobre la bolsa, los «mercados», las «grandes» empresas o los inversores en general.
Es posible que no tengas claro cómo funcionan los mercados bursátiles pero, en su conjunto, los veas como algo bastante turbio, con diversas connotaciones negativas, quizás culpable de muchos de los problemas de la sociedad, en general, un mundillo poco ético. Y aunque te atrae la idea de invertir y rentabilizar tus ahorros, no terminas de ver clara la parte ética del asunto.
Te entiendo, yo también he tenido esas ideas generalistas en mi cabeza en algún momento, pero cuando comencé a leer más, desde más fuentes, y confronté lo que leía con lo que pensaba, empecé a ver que las cosas no son tal como nos las han contado en la tele.
Hoy lo tengo todo mucho más claro y no tengo ningún dilema ético para invertir. También he visto cómo algunas personas cercanas que tenían barreras inicialmente, las han superado una vez han entendido cómo funcionan las cosas en realidad.
Así que, si tienes curiosidad por la bolsa, por invertir, pero hay una vocecita interior que te dice que eso está mal, o si ya lo haces, pero esa misma voz te hace sentir algo de culpa, este artículo te interesa.
Índice de contenidos
1) Qué significa ético
Definir si algo es o no ético compete única y exclusivamente a cada individuo.
Es una decisión que tomará poniendo en práctica el código ético que haya elegido o que le haya sido inculcado a través del entorno social donde vive o la religión que practique.
Así que eres tú quien lo decide, yo no puedo ni voy a intentar decirte qué es ético y que no, pero te voy a ayudar a que puedas aplicar tu propia ética al mercado bursátil.
Para que lo consigamos con éxito necesito que entierres los preconceptos que puedas tener sobre la bolsa y empieces a usar la lógica y la razón desde cero.
De esta forma lograrás construir tu postura ética hacia la inversión en bolsa y la podrás aplicar fácilmente de aquí en adelante.
2) Cómo funcionan los mercados bursátiles
Todo aquello que no comprendemos nos provoca miedo o rechazo de manera natural. Y por eso voy a explicarte lo más breve y llanamente posible cómo funciona la bolsa (o los mercados bursátiles y financieros, es todo lo mismo).
En resumidas cuentas, la bolsa no es más que una herramienta a la disposición de cualquier empresa para conseguir financiación para su proyecto. Y también una manera fácil y accesible para que cualquiera pueda financiar o hacerse partícipe de una iniciativa empresarial que le atraiga por el motivo que sea. Un crowdfunding a lo bestia 😜
Hay tres formas en las que podemos hacernos partícipes de una empresa a través de la bolsa: Oferta Pública de Venta (OPV), Mercado secundario, ampliación de capital.
Te las explico a continuación:
Oferta pública de venta (OPV)
La empresa en cuestión emite participaciones que representan un porcentaje de la empresa. Las ofrece al precio equivalente del valor que se estime que tiene la empresa en ese momento.
Si por ejemplo, el valor estimado de la empresa es de un millón de euros y se emiten mil participaciones, cada una se podrá comprar por mil euros. Cada participación es lo que llamamos una acción.
Si la empresa consigue vender esas mil acciones, habrá obtenido 1 millón de euros en efectivo para invertirlo como considere oportuno en las actividades de la empresa. Y los compradores poseerán un 0,1% de la empresa por cada acción que hayan comprado, lo que les hará dueños de la empresa en esa proporción, con todo lo que ello conlleve.
Todas las acciones son iguales, sólo la cantidad determinará el peso de cada dueño en la empresa.
Esta venta inicial de acciones es lo que se conoce como OPV (Oferta pública de venta).
Mercado secundario
A partir de este momento cualquiera que posea una acción la podrá vender a otra persona por el precio que ellos acuerden. Aquí la empresa ya no tendrá nada que decir. Las compraventas se realizarán entre accionistas y compradores sin ningún tipo de mediación, tasa, o comisión por parte de la empresa.
La bolsa es simplemente el lugar (físico antes, virtual ahora) donde se llevan a cabo este tipo de acuerdos. Se compran y se venden acciones al precio que libremente acuerden las partes.
Podemos compararlo con un mercadillo , pero donde en lugar de comprar relojes o toallas, se compran y venden (regateando incluso 🙃) las acciones de las empresas que han fabricado estos productos.
El precio al que se negocia cada compraventa es público y además hay herramientas al alcance de cualquiera para poder consultarlo fácilmente. De ahí que sepamos precios y podamos ver gráficos históricos.
Estos precios no tienen porqué representar el valor real de las empresas, ya que son simplemente los precios a los que se han hecho las últimas transacciones de acciones.
El precio que se publica en cada momento es el de la última compraventa realizada. (Imagínate lo útil que sería conocer esta información en un mercadillo). Pero nadie sabe con total seguridad a qué precio se llevará a cabo la siguiente.
Nadie marca los precios, son el comprador y el vendedor quienes deciden y «se ponen de acuerdo» cada vez.
Ampliación de capital
Durante la vida de una empresa puede haber momentos en los que necesite capital extra para realizar sus actividades. Al cotizar en bolsa puede emitir más acciones y ponerlas a la venta en la bolsa de manera que cualquier interesado pueda comprarlas. Esto se conoce como ampliación de capital.
El dinero conseguido por las acciones que se hayan vendido irá directamente a la caja de la empresa (no le costó nada emitir las acciones), y podrá utilizarlo para el propósito que se haya marcado.
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En esencia esto es todo. Por supuesto hay muchas cosas que lo complican, pero para el tema que quiero explicarte hoy, todo eso es sólo ruido y no aporta ni cambia nada.
Vamos a quedarnos con que la bolsa es como un mercadillo donde comprar trocitos de empresas.
El primer día que una empresa llega a la bolsa o cuando realiza una ampliación de capital le compramos directamente las acciones y por tanto la financiamos, a partir de ahí podemos comprar y vender acciones de «segunda mano» a otros inversores de manera totalmente transparente para la empresa.
3) Cómo le afecta a una empresa que compres sus acciones
Como habrás deducido por lo que te he explicado en el punto anterior, no creo que el dilema ético esté en la bolsa en sí, como has visto, es sólo una herramienta facilitadora.
La verdadera pregunta que nos tenemos que hacer sería. ¿Es ético comprar acciones de una empresa en concreto?
Para poder responder tenemos que entender qué ocurre cuando compramos unas acciones.
Como expliqué antes, existen tres opciones posibles:
- Comprar en una OPV: En esta situación nuestro dinero estará yendo directamente a las arcas de la empresa, por lo tanto, estamos financiando el negocio que desarrolle directamente.
- Comprar en el mercado secundario: En este caso el dinero va a otro inversor. La empresa no recibe nada directamente. Es como comprar un producto de segunda mano.
- Compra en una ampliación de capital: Al igual que en la OPV, el dinero pagado por las acciones irá directamente a la empresa y servirá para financiar sus actividades.
Lo más habitual cuando se habla de invertir en bolsa es que estemos hablando del caso número dos. En este caso la empresa puede tener algún beneficio indirecto debido a nuestra compra y al incremento de demanda por sus participaciones, pero no recibe nada directamente.
Las OPV y las ampliaciones de capital son eventos que suceden puntualmente y a los que tendremos que acceder de manera activa. Lo normal para el inversor particular es comprar en el mercado secundario, es la manera «normal» de invertir en bolsa.
Es decir, por lo general, que compres las acciones de una empresa en bolsa le influirá bien poco.
4) Qué determina el éxito o fracaso de una empresa
El propósito de toda empresa es resolver uno o varios problemas proporcionando productos y/o servicios. (Y conseguir beneficio por el camino que compense el riesgo asumido, por supuesto)
Lo que va a determinar que esa empresa exista o desaparezca es la demanda por su actividad.
Si no existe demanda, esa empresa terminará desapareciendo irremediablemente.
La inversión es necesaria para crear y ponerla a funcionar, pero quiénes determinarán si ese proyecto debe continuar o no, serán siempre, y en último término, los consumidores y usuarios.
Estos roles pueden ser cubiertos por otras empresas, gobiernos o ciudadanos de «a pie», pero en última instancia son siempre los ciudadanos de «a pie» quienes están tomando las decisiones, porque son quienes han propiciado también la existencia de las otras empresas y quienes han votado por el gobierno en cuestión.
Es decir, en un sistema capitalista como el que tenemos, lo que «existe» está ahí porque cubre las necesidades y deseos de los ciudadanos, si estos cambian sus prioridades las empresas y por tanto la bolsa (los mercados) cambiarán con ellos.
A parte de eso también tienen que existir ciudadanos dispuestos a dedicar su tiempo a trabajar para esa empresa. Si no existen, aunque haya demanda, la empresa tampoco podrá existir.
5) Cómo influyen tus comportamientos en las empresas
He identificado 6 comportamientos con los que tus actos influirían en la marcha de una empresa.
Los he ordenado por el nivel de impacto que tendrían:
- Trabajando en ella. Esta es la forma en la que más estarías contribuyendo con su existencia y actividad. Ya que directamente haces posible que funcione, eres parte activa de ella y el potencial multiplicador de tu trabajo en su crecimiento y beneficios puede ser muy alto. Además, te estás beneficiando directamente (y puede que en gran cuantía si es tu actividad principal) de la actividad de la empresa.
- Acudiendo a su OPV o ampliación de capital. De esta manera estás financiando directamente los proyectos de la empresa. También serás partícipe de los beneficios si los hubiese.
- Comprando sus productos y/o servicios. Estarás así legitimando la solución que aporta y además estarás pagando un precio que contiene cierta parte de ganancia para la empresa con la que podrá ampliar su negocio y seguir creciendo. También estás obteniendo un beneficio del producto o servicio que utilizas y que por el motivo que sea has elegido frente a los de la competencia.
- Comprando sus productos de segunda mano. Esto incrementa la demanda de ese producto usado, lo que podría hacer que se pague más por el producto nuevo, esto beneficiaría a su vez a la empresa y también legitimaría la solución que esa empresa proporciona, mejorando su imagen de marca. También te beneficias de esa solución personalmente.
- Comprando sus acciones en el mercado secundario. Comprando acciones en el mercado secundario estás aumentado la demanda y eso empuja el precio hacia arriba lo que puede permitir a la empresa financiarse un poco más ventajosamente en el futuro. Además, es posible que obtengas un beneficio gracias a tu participación como accionista.
- Votando a un gobierno que propicia su actividad. De esta forma impulsas indirectamente la actividad de la empresa. Personalmente creo que tu capacidad de influencia por esta vía es muy pequeña, al quedar muy diluida entre los votos del resto de ciudadanos de tu país. Además, tampoco puedes saber con demasiada seguridad, si el partido al que has votado hará lo que dijo, o lo que piensas que debería hacer. Por eso es la última de la lista.
Como ves, de todas las formas en las que puedes influir en el negocio de una empresa, comprar sus acciones en el mercado secundario a otros accionistas no tiene un gran impacto. Bastante menos del que se suele pensar.
6) Cómo sabrás si es ético invertir en una empresa
En primer lugar, tendrás que determinar en qué grado te parece ética la actividad que realiza la empresa en la que te has fijado, así como la manera en que la lleva a cabo y los productos y/o servicios que ofrece.
Pero con eso no es suficiente para que sepas si la inversión en esa empresa sería ética para ti o no.
Necesitarás saber también cómo va a influir tu inversión en la empresa y cómo va a influir en ti, a través de los beneficios.
El impacto de tu inversión en la empresa
Como ya te he explicado brevemente en la sección anterior, dependiendo de la manera en que inviertas, tu impacto sobre la empresa será distinto, y por tanto, también la carga ética. Tenemos dos bloques:
- OPV/Ampliación de capital. Estarás financiando directamente a la empresa y su actividad. Si lo que hacen no te parece ético, no sería coherente que inviertas de esta manera en la empresa. Por el contrario, si lo que hacen te gusta especialmente, sería la mejor manera de hacerlo (desde el punto de vista ético), ya que estarás ayudando a hacer realidad el proyecto. 🙂
- Mercado Secundario. Comprar acciones de esta forma tiene un impacto mínimo en el devenir de la compañía. Aunque la actividad de la empresa te plantee dudas éticas esto no debería ser un problema. Sería algo así como comprar sus productos de segunda mano, o usar sus productos o servicios si haber pagado por ellos. Si no tienes dilemas con eso tampoco deberías tenerlos invirtiendo de esta forma. En caso contrario, sigue buscando otro lugar donde poner tu dinero.
La ética de obtener beneficios
También deberás tener en cuenta la posible obtención de un beneficio derivado de la actividad de la empresa.
Para responder a la pregunta ¿es ético obtener un beneficio de esta inversión? te será útil entender cómo se generan y en qué pueden transformarse.
Cómo se generan
Simplificando mucho, cuando una empresa consigue un beneficio quiere decir que ha conseguido crear valor donde antes no lo había.
Construyendo algo o proporcionando un servicio que la empresa consigue producir por una cantidad determinada, está generando como resultado algo que los consumidores valoran en una cantidad mayor, y por eso están dispuestos a pagar un precio más elevado del que ha costado producirlo.
De esa diferencia, que es equivalente al valor creado, viene el beneficio.
No hay alguien perdiendo para que la empresa gane, también el cliente gana, ya que sin ese producto o servicio tendría que vivir sin esa opción o, si existen alternativas, tendría que escoger una que fuese peor. Es un Win-Win.
Se crear valor, se genera, los humanos tenemos esa capacidad y la llevamos usando mucho tiempo, la actividad empresarial no es más que una manera asociativa de hacerlo y multiplicarlo.
Lo repito porque es la clave, no hace falta que unos pierdan para que otros ganen. No es un «juego de suma cero». Es posible crear valor donde antes no lo había.
Por tanto, no hay nada de malo en obtener un beneficio de esta forma.
Siempre y cuando la actividad de la empresa cumpla con estas premisas de creación de valor. Y no lo esté consiguiendo, por ejemplo, mediante esclavismo, fraude, uso indebido de bienes del estado, o cualquier otra trampa que se te ocurra.
En qué se transforman
Cuando se genera beneficio también se genera oportunidad. La oportunidad de transformarlo en algo nuevo, fomentar un negocio o adquirir un producto o servicio.
El beneficio, el capital creado, es la gasolina del sistema tal como está planteado hoy en día. Allá donde lo coloquemos será hacia donde se moverá el mundo.
Si utilizas ese beneficio en algo que sea ético para ti, estarás ayudando a crear un mundo que se asemeje con tus ideales.
¡Y atención! porque esta es la guinda del pastel. Incluso si el beneficio ha venido de una empresa que hace algo que no consideras ético, si tú lo utilizas para algo ético, estarás haciendo algo positivo, de alguna forma habrás «purificado» ese capital generado sin haber colaborado con la actividad de la empresa.
Sistema rápido para decidir sobre la ética de una inversión
Por último, te propongo un sistema práctico y rápido que puedes utilizar para determinar si tu inversión sería ética o no.
Consiste en identificar cómo te sientes con alguno de los otros factores que he listado en la sección 5) Cómo influyen tus comportamientos en las empresas (y con los que quizás estés más familiarizado en tu día a día), compararlo con el puesto que ocupa el tipo de inversión que sopesas realizar y ser coherente contigo mismo.
Por ejemplo, si no tienes dilema ético en trabajar para una empresa o en comprar sus productos, no hay motivo para que comprar sus acciones sí te lo suponga.
Si es así, quizás tengas que pensarte de nuevo si deberías trabajar para esa empresa o comprar sus productos, de forma que mantengas una consistencia ética contigo mismo.
7) Conclusión.
El efecto de la inversión en bolsa está magnificado, en realidad no es tan grande.
Si no tienes un problema ético comprando, utilizando o disfrutando un producto/servicio tampoco debes tener ningún problema en comprar las acciones de la empresa que lo hace posible.
Invertir en bolsa es tan ético como lo seas tú mismo.
La especulación podría tener un capítulo a parte. Como hemos visto no influiría mucho sobre las empresas, pero sí puede tener efectos negativos sobre productos de primera necesidad.
Que la imagen proyectada por los medios de comunicación y algunos políticos no te aparte de poder invertir tu dinero. Y poder así crear una fuente de ingresos alternativa para vivir más tranquilo o hacer realidad tus sueños.
Ya estás tomando decisiones día a día que tienen más carga ética, así que estoy seguro de que puedes encontrar muchas empresas en las que te sentirás cómodo invirtiendo. Sólo tienes que buscar un poco.
Espero que con este post te haya ayudado a entender mejor las cosas y que la ética ya no sea una excusa para no invertir en bolsa.
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Foto de portada: La tomé en Miami (USA) en un parque-memorial dedicado al holocausto nazi.
Comentarios: ¿Qué opinas? ¿Sigues teniendo reticencias éticas sobre la bolsa? ¿Tienes otro enfoque? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
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