El artículo de hoy es especial. Por primera vez en este blog, seré yo quien esté al teclado, sino un ilustre invitado, mi amigo Ángel Ros.
Ángel es un chico joven (23) pero con mucha actitud y las ideas muy claras. Me ha gustado su propuesta para el tema del artículo de hoy y creo que también la encontrarás de mucha utilidad.
Te dejo con él.
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Desde que empecé a interesarme por mis finanzas cuando tenía 20 años, el cerdito no ha parado de aumentar de peso cada mes.
Como cualquier joven a esa edad, mi única preocupación era gastar dinero en salir de fiesta, cenar en restaurantes, ir a la moda, comprarme un Tesla y vivir en un piso de revista en el centro de Valencia.
Ahora, agradezco, y mucho, a lo que fuera que hizo que me cambiase el chip tan pronto.
Desde entonces, me gasto el dinero en cosas funcionales para mi día a día. Huyo de tener la casa llena de cosas que no uso y compro las cosas lo mas simples posibles pero que cumplan su función.
A su vez, he ido reduciendo el gasto en ocio ocupando el tiempo libre con actividades como ir al gimnasio, jugar a fútbol los fines de semana, leer, estudiar, intentar cocinar algo decente en casa o simplemente charlar con amigos.
Con todo esto, cada mes estoy ahorrando alrededor de un 60% de mis ingresos y sigo disfrutando de la vida.
Me preocupo cada vez menos del dinero. Disfruto mucho más cuando me permito un capricho, al no ser algo que haga cada mes. Y tengo más tiempo para mi y para mi entorno al no malgastar el tiempo buscando cosas que comprar o simplemente manteniéndolas.
Dicho esto, voy a desglosarte los cambios que hice para llegar hasta este punto.
Índice de contenidos
1) Controla tu flujo de dinero
La mayoría de gente vive preocupada por el dinero. Ya sea porque quiere comprar cosas nuevas, porque tienen reemplazar algo que se ha roto o por pura necesidad. El dinero siempre está en nuestra cabeza robándonos tiempo útil.
Por qué debes controlar tu flujo de dinero
Hay una cita de Peter F. Drucker, filósofo austriaco de la administración, que personalmente me encanta y a pesar de ser simple, es una verdad como un puño:
Aquello que es medido, es controlado.
Peter F. Drucker
Además de aplicar perfectamente al tema de este artículo, se puede aplica a cualquier ámbito de la vida.
Y es que si algo no es medido, ya sea dinero, información, emociones o simplemente comida, nunca podrás tenerlo controlado.
Sin control, las cosas por inercia acaban desbordando, y todos sabemos que los excesos son perjudiciales.
No es de extrañar que mucha gente acabe gastando el 100% de sus ingresos. Por no hablar de aquellos que no se sienten suficientemente saciados y se endeudan para comprarse un coche mejor o pegarse un viaje de lujos.
Por lo tanto, empieza a medir con el objetivo de encontrar tu perfecto equilibrio. Y no dejes que tu vida dependa del dinero.
Cómo lo hacen los ricos.
Empecemos definiendo qué es un rico:
Quizás estés de acuerdo conmigo si digo que una persona rica es aquella que conduce un coche de gama alta, viste de marca, vive en el centro de la ciudad, tiene un chalet y se gasta 50€ para comer, ¿verdad?
¡Error! Esto es lo que las marcas de lujo quieren hacernos ver. Un rico de verdad no tiene absolutamente nada que ver con eso.
Un rico de verdad vive en un piso normal, sale a comer de vez en cuando, viste sin marcas ni relojes de 4 cifras y conduce un coche que es asequible para la clase media.
Y lo más importante, tiene la mayoría de patrimonio invertido en activos los cuales le generan unas rentas que le permiten elegir qué hacer con su tiempo.
Es decir, un rico es una persona que tiene la libertad de elegir qué hacer con su tiempo y vive por debajo de sus posibilidades.
Esto no lo digo yo. Lo dice un estudio realizado a más de 1000 millonarios de todo el mundo que aparece en el libro “El millonario de la puerta de al lado”. De hecho, recomiendo su lectura si te ha interesado este artículo.
2) Qué hacer para no quedarte en el intento
Cambiar hábitos
Antes de empezar, me gustaría definir qué es un hábito. Un hábito no es otra cosa que un pequeño bucle.
Empieza con un activador, por ejemplo la sensación de hambre, lo que hace activar el comportamiento automático de, en este caso, ir hacia la nevera sin ni siquiera ser conscientes de lo que estamos haciendo. Y al final, recibes la recompensa a modo de emoción positiva lo cual reafirma el hábito.
Este es un ejemplo muy simple, pero he querido describirlo para que a partir de ahora seas capaz de darte cuenta de cuándo estás actuando en “modo hábito”, y de esta manera te resulte más fácil parar ese comportamiento automático.
Es decir, tendrás que crear un nuevo hábito que te aleje del impulso de comprar.
El hábito que yo suelo utilizar cuando empiezo a sentir el impulso por comprar algo que acabo de ver es plantearme las siguientes preguntas y contestarlas con total sinceridad:
- ¿Me hará esto más feliz dentro de un año?
- ¿Hay otra manera mejor de obtener la misma emoción de felicidad?
- ¿Se puede aplazar?
- ¿Cómo puedo obtener lo mismo a un menor coste?
Si empiezas a identificar todos estos hábitos consumistas y los cambias por los hábitos de la gente frugal, ántes de que te des cuenta formarán parte de tu vida y los harás igual de cómodo que los anteriores.
Ahora, supongo que estarás pensando que eso es de agarrados o que es una tontería hacerlo y no me va a servir de nada. Es normal. Salir de la zona de confort da mucha pereza, lo sé, pero déjame argumentar con más detalle.
Cambiar creencias consumistas
El otro aspecto es el de las creencias. No conseguirás avanzar si en tu cabeza mantienes la idea de que una persona que ahorra es un agarrado y no sabe disfrutar de la vida. Ya te adelanto que es todo lo contrario.
Piensa por un momento en cómo vivían nuestros antepasados.
¿Tenían tantísimas comodidades como tenemos ahora?
¿Tenían una habitación exclusivamente dedicada a almacenar objetos personales?
¿Qué regalaban a sus seres queridos?
Si has contestado a las preguntas, te habrás dado cuenta que antiguamente eran felices con mucho menos. Por lo que ahora también podemos serlo.
De igual manera, tampoco avanzamos si piensas que en cuanto tengas un sueldo mayor te compraras un coche más caro, o alquilarás un piso más lujoso en la zona de moda, que veranearás en hoteles de 5 estrellas, o cambiarás tu teléfono por el mero capricho de hacerlo.
En lugar de eso, un ejemplo de gasto inteligente podría ser mudarte a una zona donde no te haga falta usar el coche para ir a trabajar o ver a tus amigos.
Sesgos de felicidad
Como he comentado en el apartado anterior, estas cosas no nos hacen felices. Solo sentimos una emoción positiva a corto plazo que al mes ha desaparecido.
Te aconsejo que trates de convencerte de que este estilo de vida no es algo negativo, porque no lo es.
Te costará. En mi círculo social tengo un gran porcentaje de personas que viven muy bien y te digo que yo tenía esta creencia de ir comprando más cosas y más caras conforme mis ingresos aumentasen.
En cambio, ahora eso ya no me aporta un extra de felicidad. Todo lo contrario. Podría ser perjudicial psicológicamente si cubrimos una carencia personal con consumismo.
Según un estudio de la universidad de Harvard, un mayor grado de felicidad a lo largo de la vida de una persona está directamente relacionado con la calidad de sus relaciones personales. Yo añado dos más:
- Buenas relaciones personales
- Logros personales (Sin objetivos, cualquier persona pierde el sentido de la vida)
- Libertad y autonomía (Si controlas tus gastos, tendrás esa libertad en el largo plazo)
¿Ves en alguno de los tres puntos algo material?
Olvidarse de estándares y estatus
Me entristece ver a gente que se endeuda para comprarse algo con el propósito de encajar en los estándares de su círculo social o, incluso peor, aparentar tener poder o riqueza.
¿Qué sentido tiene trabajar toda la semana para aparentar cierto estatus el fin de semana?
¿No sería mejor ahorrar ese dinero para gastarlo en crecer como persona, viajar con tu familia o amigos de toda la vida, o invertirlo para no depender tanto del trabajo?
Yo sin dudarlo elegiría la segunda opción. Prefiero vivir la vida que yo quiero y no la que los demás quieran. Sé que suena a tópico, pero es así.
Una vez tengas esto interiorizado, no tendrás la necesidad de comprarte un coche lujoso, o unas zapatillas de marca para encajar en tu círculo social. Ya te habrás dado cuenta que eso no son más que inseguridades y distracciones que te hacen perder tiempo y dinero.
3) Cómo controlar tu flujo de dinero
Una vez visto el sentido que tiene controlar tus gastos, el siguiente paso es empezar a gestionarlos para poder darte cuenta de por dónde puedes recortarlos.
Te recomiendo utilizar una aplicación de gestión de gastos que permita organizarlos por categorías y mediante gráficos para que puedas visualizar los datos de una manera más clara.
¿Por qué una aplicación y no un excel o un bloc de notas?
Porque estamos en el siglo XXI y la puedes llevar en el móvil que es algo que siempre va contigo, además de que no hace falta más que dedicarle 2 minutos cada día para mantenerla actualizada.
Herramientas
Hoy en día, muchos bancos tienen su propia aplicación donde te permite hacer esto mismo, pero si tu banco no tiene esa opción, o eres como yo que prefiere algo mas simple y que no se aprovechen de tus datos ni sepan lo que gastas, hay otras opciones gratuitas.
Aquí te enumero varias que he probado y funcionan bien:
- Spending Tracker (Inglés): Play Store – Apple Store
- Monefy (Multiples idiomas, Español incluido): Play Store – Apple Store
- Gestor de gastos (Español): Play Store
- Wallet (Inglés): Play Store
- Financease (Español, Ingles): Play Store
Concretamente, esta última, Financease, la he desarrollado yo así que es la que más te recomiendo por razones obvias 😜.
Con esta aplicación simplemente quería poder controlar los gastos a mi manera, es decir, lo más minimalista posible.
La aplicación es totalmente gratuita y sin anuncios, y no hace falta pagar nada adicional para poder usar el 100% de sus opciones.
Creo que este punto es clave ya que al principio es algo aburrido de hacer si no estas acostumbrado y si encima te empiezan a saltar anuncios, hay más posibilidades de que no perpetúes el hábito.
Te animo a que, si la pruebas, me des feedback para poder mejorarla y a que a todos nos sirva para hacer del control de gastos una tarea más amena.
A continuación te dejo un pequeño adelanto ilustrativo de lo que puedes encontrar en la aplicación.
Proceso de control de gastos.
A la hora de gestionar tus gastos, te recomiendo organizarlos por categorías. Por ejemplo: ocio, hogar, ropa, alimentación, transporte, vacaciones, etc.
De esta manera podrás ver mejor dónde gastas más y así poner ahí el foco.
Algo que también funciona muy bien es el uso de gráficos para ver la información de una manera más visual y clara.
Otra función que es muy útil y tienen la mayoría de aplicaciones que nombro arriba son los gastos recurrentes. Aquellos gastos que son fijos como servicios multimedia, nóminas, seguros, etc. se pueden configurar para que se apliquen automáticamente.
El resto de gastos, sobre todo los que hacemos en efectivo día a día, como puede ser un cafe o un snack, debemos apuntarlos. Ya sabes que al final de mes todo suma 😄
Personalmente, prefiero hacerlo en el mismo momento en que hago el gasto porque se me acaba olvidando. Si tienes muy buena memoria, lo puedes hacer en 2 minutos al final del día, pero por lo general no te lo recomiendo. Gasto realizado, gasto anotado.
Conclusión
Si después de haber leído todo lo escrito arriba y aguantar esta promoción tan gratuita de mi app no has cerrado la pestaña del navegador, estoy seguro de que en tu cabeza tienes una mínima creencia de que este estilo de vida puede aportarte cosas positivas.
También te anticipo que no será un camino de rosas. Como todo en la vida, las cosas que de verdad valen la pena, cuestan trabajo y tiempo, y esto no es una excepción.
Si consigues establecer buenos hábitos como controlar tus gastos, comprar sin dejarte llevar por los estándares e impulsos, deshacerte de las creencias negativas que conlleva ser austero y, sobre todo, no desviarte durante el camino, estoy seguro que acabarás controlando tu tiempo y limitando tus preocupaciones, además de aprender a valorar más las cosas que en realidad merecen la pena.
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También te enviaré, como obsequio, la guía “Los 10 errores que impiden tu Libertad Financiera”.
Foto de portada: Ángel dedicando sus 2 minutos diarios a anotar los gastos en Financease.
Comentarios: Ahora te veo en los comentarios, seguro que tienes diferentes puntos de vista con los que llevarme la contraria, estaré encantado de debatirlos o apoyarlos.
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